Dónde está el lápiz?
Eran las 4:17 am, tenía tiempo así que revisé el correo y me encontré con una invitación de la Profa Marina para que me sumara al blooger y publicara mi propuesta para el curso inicial del programa micromisión lengua. De entrada pensé y ahora qué hago, a lo cual me respondí intentando darme ánimos –tranquila, no debe ser difícil- . Acepté la invitación pero me sentía perdida. Como se acercaba la hora de que vinieran a buscarnos cerré el correo y apagué la computadora, pero continuaba preguntándome cómo hacia para publicar en un blog que no era mío?
Llego al trabajo y le pregunto a una amiga si es posible publicar en el blog de otra persona. A lo cual mi amiga respondió que ella creía que no se podía. Salgo del departamento de evaluación, entro a la dirección, le pregunto al secretario si eso era posible y me contestó que si se podía, siempre y cuando recibiera una invitación. Bueno… salgo de allí y me voy a la oficina pensando en el cómo iba yo a publicar en otro blog. Concluye la jornada del día y yo continuaba pensando en el blog.
Llego a la casa, me pongo a lavar los platos y en eso decido llamar a profa Marina, pero antes le envío un mensaje. Preguntando si la podía llamar pero ella estaba en reunión. Sin embargo, me dijo que le podía escribir, entonces le pregunté lo de la publicación. Realmente eso me tenía mal!. La profa me contesta. Entonces recordé que podía ver un tutorial. Y hasta se lo conté a ella. Termino de lavar los platos, me lanzo a la búsqueda del tutorial y descubro con decepción que el audio de mi computadora no sirve y que para completar no tengo audífonos por allí. Decido llamar a Ninoska para que me envíe el teléfono de María (profa de Lara). Una vez que lo tuve la llamé. Ésta fue muy receptiva, me explicó algunas cosas y me dijo que abrirlo por otra página era más fácil. Así que lo intenté. Lo intenté con tres sitios, pero nada… no lograba publicar, me levanté del computador…
Decidí escribirle nuevamente a la profa M. y ella trató de ayudarme pero yo no entendí. Creo que si le quedaba algún cabello negro se lo convertí en cana. Confieso que traté de persuadirla para que fuese ella quien lo publicara. Luego, fui más directa y se lo propuse. Unos minutos después suena mi teléfono. Era la Profa, había enviado un mensaje enfático que decía “No!, acepta la invitación y publica el artículo”. Seguidamente llegó otro que decía “si no te obligo no vas a entrar”. Los mensajes me produjeron risa. Realmente ella tenía razón!. Debía resolver eso y empecé a teclear por todos lados hasta que por fin pude entrar. Llegó un momento en el que pude hacerlo. Hice la publicación! Hice la publicación!. Era fácil, realmente era fácil! Sólo tenía que copiar y pegar. Claro está, eso no lo había descubierto yo… la profa me lo había dicho como seis mensajes antes.
Pasado un rato y luego de accesar al blog, le envío un mensaje a la profa M. contándole que yo creía que había publicado. Lo había hecho! Pero estaba duplicado y uno estaba como borrador. Suena mi teléfono, era un mensaje de la profa Marina explicándome que en la parte superior derecha de la página del blooger estaba un lápiz. Así que lo busqué. Lo busqué por todos lados, pero nada! No encontré el lápiz y justo en ese momento pensé… así han de sentirse mis estudiantes cuando se les pierde el lápiz. Vuelvo a buscarlo. ¿Pero dónde está el lápiz?. Lo busque y nada… se me perdió el lápiz. No lo encontré!. Entonces apagué la computadora, me despedí de la profa y me acosté a dormir.
Llego al trabajo y le pregunto a una amiga si es posible publicar en el blog de otra persona. A lo cual mi amiga respondió que ella creía que no se podía. Salgo del departamento de evaluación, entro a la dirección, le pregunto al secretario si eso era posible y me contestó que si se podía, siempre y cuando recibiera una invitación. Bueno… salgo de allí y me voy a la oficina pensando en el cómo iba yo a publicar en otro blog. Concluye la jornada del día y yo continuaba pensando en el blog.
Llego a la casa, me pongo a lavar los platos y en eso decido llamar a profa Marina, pero antes le envío un mensaje. Preguntando si la podía llamar pero ella estaba en reunión. Sin embargo, me dijo que le podía escribir, entonces le pregunté lo de la publicación. Realmente eso me tenía mal!. La profa me contesta. Entonces recordé que podía ver un tutorial. Y hasta se lo conté a ella. Termino de lavar los platos, me lanzo a la búsqueda del tutorial y descubro con decepción que el audio de mi computadora no sirve y que para completar no tengo audífonos por allí. Decido llamar a Ninoska para que me envíe el teléfono de María (profa de Lara). Una vez que lo tuve la llamé. Ésta fue muy receptiva, me explicó algunas cosas y me dijo que abrirlo por otra página era más fácil. Así que lo intenté. Lo intenté con tres sitios, pero nada… no lograba publicar, me levanté del computador…
Decidí escribirle nuevamente a la profa M. y ella trató de ayudarme pero yo no entendí. Creo que si le quedaba algún cabello negro se lo convertí en cana. Confieso que traté de persuadirla para que fuese ella quien lo publicara. Luego, fui más directa y se lo propuse. Unos minutos después suena mi teléfono. Era la Profa, había enviado un mensaje enfático que decía “No!, acepta la invitación y publica el artículo”. Seguidamente llegó otro que decía “si no te obligo no vas a entrar”. Los mensajes me produjeron risa. Realmente ella tenía razón!. Debía resolver eso y empecé a teclear por todos lados hasta que por fin pude entrar. Llegó un momento en el que pude hacerlo. Hice la publicación! Hice la publicación!. Era fácil, realmente era fácil! Sólo tenía que copiar y pegar. Claro está, eso no lo había descubierto yo… la profa me lo había dicho como seis mensajes antes.
Pasado un rato y luego de accesar al blog, le envío un mensaje a la profa M. contándole que yo creía que había publicado. Lo había hecho! Pero estaba duplicado y uno estaba como borrador. Suena mi teléfono, era un mensaje de la profa Marina explicándome que en la parte superior derecha de la página del blooger estaba un lápiz. Así que lo busqué. Lo busqué por todos lados, pero nada! No encontré el lápiz y justo en ese momento pensé… así han de sentirse mis estudiantes cuando se les pierde el lápiz. Vuelvo a buscarlo. ¿Pero dónde está el lápiz?. Lo busque y nada… se me perdió el lápiz. No lo encontré!. Entonces apagué la computadora, me despedí de la profa y me acosté a dormir.
Marbelys Y. Landaeta R.
jajaja anéctodas de vida...
ResponderBorrarAsí es María... Anécdotas jejejejeje
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