martes, 4 de agosto de 2015

Educación en tiempos de guerra económica.



    Educación en tiempos de guerra económica.


     Desaprendiendo sobre estructuras  de dominación entiendo que la educación tiene una deuda moral con la liberación porque siempre se nos ha dicho  que existen productos de primera necesidad (papel higiénico, leche, toallas sanitarias, pañal, azúcar, aceite, desodorante…). Realmente, la idea de crear una cartera de productos de primera necesidad surgió con la intención de proteger a consumidoras y a consumidores, garantizándole el acceso a dichos bienes y es por ello que el estado creó  medidas para controlar alzas de precio y acaparamiento. Ahora bien, según mi juicio al internalizar que existen productos de primera necesidad, se asume como verdad que no es posible vivir sin ellos. Fue precisamente “esa verdad”  la que utilizaron los dueños y las dueñas de empresas privadas y los distintos medios de comunicación.  Inicialmente crearon matrices de opinión en las que decían que el papel se estaba escaseando. Recuerdo que al comienzo nadie prestaba atención pero llegó un momento en el cual las personas comenzaron a llevarse el papel higiénico en grandes cantidades. Claro está ya estaba calando la idea de la escasez y poco a poco fueron incorporando cada uno de los artículos de “primera necesidad” y así llegamos a la realidad actual.
   En oposición a lo que expresa la escasez surge la pregunta ¿por qué hay servilletas y papel higiénico no? ¿Por qué hay queso en grandes cantidades además de yogurt pero leche no? (excelentes preguntas para la discusión). Eso por citar algunos casos. El punto es que ya en la actualidad nos encontramos con una sociedad enferma, con personas enfermas que hacen colas en sitios donde se presume que viene un camión con productos que no saben si necesitan y en otros  casos con hombres y mujeres que hacen colas para comprar productos como “pepitos regulados” ¿Quién reguló ese producto? No creo que haya sido el estado,  sino una mente macabra que tal vez tenía ese producto a punto de caducar y decidió hacer una publicidad acorde a "la realidad" actual.
     Por supuesto, en este momento histórico puedo decir con toda responsabilidad que la educación tiene el deber de rescatarnos y mostrarnos opciones alternas que permitan darnos cuenta de que podemos mejorar nuestros hábitos alimenticios. “La escasez” nos ha dado el motivo perfecto para comer mejor, porque no habiendo por ejemplo aceite,  entonces el plátano se podría comer sancochado, al vapor o asado y lo mismo podríamos hacer con el pollo y el pescado. Por otro lado, si se trata del azúcar refinada (sacarosa) entonces el papelón es buena opción y en casos más saludables la eliminación total de la misma, porque para mantener los niveles necesarios de azúcar en nuestro cuerpo basta con comer frutas.
       A lo largo de la historia, nos hicieron creer que necesitábamos la leche de vaca y no concibo en mi mente la idea de una fórmula infantil, también llamada leche maternizada, que sale de una vaca que tiene cuatro estómagos, produce leche para sus becerros que también tienen cuatro estómagos pero contrariamente es consumida por hombres, mujeres, niños y niñas que tienen un solo estómago. Ahora, si bien es cierto que la leche de vaca tiene mucho calcio, no es menos cierto que al cuerpo no asimilarlo completamente muchas personas corren el riesgo de padecer artritis, reumatismo, artrosis entre otras enfermedades del colon y estómago... Considero que desde la educación es posible crear conciencia sobre lo que consumimos y realmente necesitamos porque si el objetivo es ser libres y felices todas y todos deberíamos conocer que el ajonjolí es una excelente fuente de calcio. De hecho tiene más calcio que la leche de vaca y es 100% asimilable.
      Por otro lado,  nos enseñaron a odiar nuestra menstruación, nos dijeron que era sucia, hedionda  y como solución nos ofrecieron unas toallas sanitarias desechables que “solucionaban el problema personal” y de forma inconsciente estuvimos comprando y usando toallas sanitarias con olor, sin olor, grandes, pequeñas, súper absorbentes, nocturnas, con alas, sin alas... Un día, a propósito de la guerra económica decidieron arrodillarnos y las escondieron, pero eso no es un problema porque podemos hacer nuestras propias toallas sanitarias reutilizables, a la par hacer los pañales ecológicos para los niños y las niñas y de esta forma ayudamos a preservar el ambiente generando menos contaminación.
     Es cierto que la arepa es un alimento muy venezolano pero el que hayan escondido la harina de maíz no significa que no podamos disfrutar de una arepa porque existe el maíz y en consecuencia podemos hacer arepas de maíz pelao (naturales y saludables) y en caso de que le resulte muy incómodo entonces puede reemplazarla por verdura o casabe y lo mismo se puede hacer si no tiene arroz. Ahora, si la mortificación de cabeza se deriva por “la escasez” del desodorante les recuerdo que el cogollo de guayaba es excelente para el mal sudor, si no tiene mata de guayaba entonces un limón con bicarbonato es una muy buena opción.
     En otro orden de idea, quiero acotar que si usted sale y se da cuenta de que están vendiendo algún producto de los mencionados o cualquier otro que necesite, y ve la oportunidad de comprarlo porque no hay mucha cola, entonces cómprelo pero pare de sufrir y de hacer sufrir a familiares. Es inaceptable que  existan  niños y niñas que no asisten a clases o que cuando llegan a los salones se duermen porque desde tempranas horas de La mañana salen con su padre, madre, representante o responsable a buscar alguno de los productos citados acá. Así como también adultas y adultos que abandonan a sus hijos e hijas  largas horas, para salir a “cazar productos” cuando la solución consiste en crear un plan alterno (comprar productos sustitutos) que no genere desgaste, ansiedad, angustia y que mucho menos permita justificar y mantener por medio de la compra, prácticas inhumanas de bachaqueo.
     Ya para finalizar, considero que en esta deuda de la educación es imperativo que los espacios educativos de la micromisión o cualquier otro (escuela, liceos) no se conviertan en sitios para lamentos y quejidos sino en espacios para la liberación, guiados por facilitadoras, facilitadores, maestras, maestros, profesores, profesoras que conocen y asumen su responsabilidad en este momento histórico que estamos viviendo.
Marbelys Landaeta

3 comentarios:

  1. interesante reflexión. En un momento de mi vida dije que es necesario que el petroleo desaparezca para que podamos darnos cuenta de las grandes cosas que podemos hacer (por eso me llamaron radical) pero la verdad es que "el haberlo tenido todo" nos acostumbro a vivir así y no buscar las maneras de crear cosas nuevas, de producir lo que necesitamos. Hoy en día tenemos la oportunidad de demostrar que somos un pueblo capaz de satisfacer sus propias necesidades. La decisión está en nuestras manos...

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    1. Gracias por comentar M.A. Diaz G. Nos "dieron todo", nos convirtieron en mujeres dependientes, hombres dependientes y luego nos quitaron lo que nos dieron, pero tienes razón somos un pueblo capaz, digno, trabajador, luchador y vencedor.

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